Bienvenidos a mi primer blog, el cual he dedicado al mundo de la fotografia, un mundo que desde siempre me ha apasionado, y que por fin he podido hacer realidad con la compra de mi nueva camara reflex, la Canón eos 550d. Soy nuevo en este mundo, un mundo muy gratificante y espero que os guste las fotos que iré poniendo de mis viajes, experiencias pero sobre todo de mi ciudad, Córdoba, aunque sé que me queda mucho por aprender.
Un saludos a todos aquellos que quieran dedicar un poquito de su tiempo a ver mis aportaciones y que iré renovando e introduciendo cositas nuevas siempre que pueda.
Un saludos a todos aquellos que quieran dedicar un poquito de su tiempo a ver mis aportaciones y que iré renovando e introduciendo cositas nuevas siempre que pueda.
lunes, 5 de marzo de 2012
Por fin ya estamos en cuaresma, ya huele a incienso.Desde lafotografiacomomipasion.blogspot.com quiero homenajear a un ilustre imaginero cordobés como es Juan de Mesa.
Juan de Mesa y Velasco nace en Córdoba, siendo bautizado en la Iglesia de San Pedro de esta ciudad el 26 de Junio de 1583.
En el año 1606 se traslada a Sevilla, e ingresa en el taller del entonces ya afamado escultor Juan Martínez Montañés, con el que firma un contrato de aprendizaje de cuatro años, con el que completa una formación probablemente iniciada en Córdoba.
Contrajo matrimonio en 1613 con María de Flores. Aunque no se ha conservado la carta de su examen para acreditar su suficiencia en la escultura, se sabe que en 1615 disponía de taller propio en la colación de San Martín y contrataba sus propias obras. En la metrópolis hispalense crea lo mejor de su valiosa producción artística, en una vida profesional intensa pero corta, ya que muere en esta ciudad el 26 de noviembre de 1627, con solo cuarenta y cuatro años de edad, víctima de la tuberculosis.
Tras su muerte, Juan de Mesa y Velasco fue enterrado en la Iglesia de San Martín de Sevilla, según se atestigua en una lápida conmemorativa existente en el exterior del muro lateral de esta iglesia, y que fue colocada a instancias de la ciudad y la Academia de Buenas Letras de Sevilla, en el año 1937.
Muchas de las imágenes adquieren en Sevilla una devoción claramente manifiesta. Tallas como el Cristo del Amor, el Cristo de la Buena Muerte o el mundialmente conocido Jesús del Gran Poder pueden servir de ejemplo, sin menospreciar ni mucho menos a otras de sus obras.
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